Helados de vino
13:29 | Author: RICARDO G.
Cayetano Herrero emana felicidad y frescura por todos los costados. Él es la tercera generación que se dedica al oficio del helado, de fabricación totalmente artesanal. Desde hace cincuenta y dos años su familia mantiene abierta la heladería, u horchatería, como suelen llamarle los jumillanos. Tiene por nombre Cinema, en recuerdo al antiguo cine de verano contiguo al negocio. Desde hace cinco meses se ha lanzado a realizar, también artesanalmente, una variedad de helado único en la Región, y tratándose de Jumilla, el elemento básico no podía ser otro que el vino.

- ¿Porqué le ha dado a usted por hacer helados a base de vinos?
- Fue un reto que me plateó un amigo. Me trajo una garrafa de vino y me dijo ¿a que no te atreves a hacer helado con esto? Y aquí está. Fui a la mini feria del vino que se celebró en los jardines de Jumilla, previa a la Semana Santa, y allí estuve, con mi helado a base de vino.

- ¿Me podría enseñar la carta?
- Por supuesto, en cinco meses fíjese usted todo lo que ha salido de mis manos: fresas con vino monastrel, monastrel dulce, tinto reserva del 94, tinto del año, blanco dulce macabeo, helado de sangría, limón granizado con vino.

- ¿Algún vino en especial para el helado?
- Con todos se los puedo hacer, blanco, seco, rosado y de cualquier añada. Tantas clases de vino hay, tantas clases como helados de vino le puedo servir.

- ¿En qué los sirve?
- Como cualquier helado, en tarrinas, en cucuruchos, en crema, en bolas, como usted lo desee.

- ¿Cuál es la clave de este helado?
- Hay que batirlo mucho y, a su vez someterlo a muy bajas temperaturas de frío. Hago el mis; es decir, la base del helado y cuando está en su punto le añado la variedad del vino que se trate, y; en este caso puedo añadirle vino en crudo o reducido de alcohol.

- Total que te para la policía, te pone a soplar y ¿usted cree que se lo creerán si les decimos que nada más nos hemos tomado un helado?
- Pues también hay que llevar ese tipo de control con estos helados pues al fabricarlos principalmente con vino en crudo; es decir, sin quitarle el alcohol en realidad se está tomando usted un buen vaso de vino jumillano, y si repite, pues eso, dos vasos. Estos helados te ponen cachondo.

- ¿Son por tanto helados con denominación de origen?
- Por supuesto. Faltaría más. Son de Jumilla. Aquí no me venga con una botella de otro lugar que, con un trato exquisito, pero se la vuelve a llevar usted bajo el brazo. Si no es de Jumilla, no hay helado de vino.

- Supongamos que he realizado una comida familiar y quiero concluir con un helado de su heladería, de estos tan especiales, ¿Cuál me recomienda?
- El monastrel dulce o fresas con vino monastrel. No son unos helados pesados y, además, ayudan a realizar bien la digestión.

- ¿Le han propuesto hacer el helado del amor?
- Estoy en ello, ya tengo los ingredientes básicos y los estoy probando. Primero quiero ver cómo reacciono yo en casa, y después lo sacaré al mercado, pero por el camino que va creo que antes de una semana podrá degustarse.

- Mientras que pone al servicio el anterior helado, para una noche de murmullo con mi pareja ¿Qué helado me sugiere?
- Fresas con vino. No sólo está riquísimo al paladar, sino que además tiene más aplicaciones y te da más juego que la nata. ¡Vamos, restregón va, y restregón viene y después todo a comérselo a sorbitos le pone que no vea!

- ¿Por qué? ¿Es medicinal?
- No, pero es un reconstituyente erótico, festivo y muy sensual. Te deja los morretes y la chamada, que no vea usted.

- ¿Qué aceptación tiene entre la clientela esta novedad de helados?
- Muy buena, sobre todo la gente joven, vamos la de cuarenta años para abajo, son quienes buscan sabores novedosos.

Fuente: laverdad.es

El caudalímetro fue el primer premio del concurso "Mendoza Innova 2008". Dos ingenieros en electrónica locales lo inventaron. Han desarrollado un prototipo de caudalímetro que mide la savia de la vid y que no sólo le sirvió para recibirse de ingenieros en la Universidad Tecnológica Nacional, sino que también fue el pasaje para obtener el premio mayor y poder empezar a comercializarlo a partir del año que viene.
Un caudalímetro para medir la savia que circula en las plantas es la carta de presentación de dos jóvenes profesionales que se llevaron con su creación el primer premio del concurso "Mendoza Innova 2008".

El proyecto es obra de los ingenieros en electrónica Gerardo Samsó, de 27 años y Germán González de 39 años, quienes resultaron primeros entre los 48 seleccionados de los cuales 46 fueron presentados en el Gran Mendoza, uno en la zona Este y el otro en el sur provincial.

En concreto los inventores desarrollaron un prototipo de caudalímetro que mide la savia de la vid y que no sólo le sirvió para recibirse de ingenieros en la Universidad Tecnológica Nacional, sino que también fue el pasaje para obtener el premio mayor y poder empezar a comercializarlo a partir del año que viene.

Así, la aplicación práctica de estos dispositivos permitirá a los técnicos y enólogos de las bodegas medir momento a momento el consumo de agua de las vides y por ende no sólo ayudará al consumo racional del agua, sino que también determinará el mejor período enológico de la vid.
"La finalidad de este proyecto es la medición de caudal de savia que circula por la vid y así obtener el consumo de agua de ella. Elegimos un método no invasivo de tal manera que no dañe la planta", apuntó Gerardo Samsó, uno de los ganadores.

Claves del invento

Llegar a elaborar el primer prototipo del caudalímetro significó para ambos ingenieros días y meses de ensayo y aprendizaje.

"La idea de desarrollar un caudalímetro surgió cuando aún éramos estudiantes de ingeniería en electrónica. Todos los años en la cátedra llamada "Proyecto final" recibimos la visita de empresas y organizaciones como el INTA que nos muestran los desarrollos de laboratorio que están realizando y en los que nos hacen saber qué necesitarían para mejorar sus invenciones. En muchos casos necesitan modelos más avanzados ya sea porque esa tecnología es muy cara o porque es casi inexistente en Mendoza", señaló Germán González.Fue así que con la apoyatura técnica del ingeniero Jorge Pérez Dacuña del INTA y del ingeniero Adolfo González, jefe de de la cátedra "proyecto final" los jóvenes comenzaron el proceso de desarrollar un modelo de caudalímetro que fuera viable a la hora de producirlo en grandes cantidades y comercialmente rentable a futuro para los jóvenes.

"Nos encontramos que ciertos componentes, como por ejemplo algunos integrados de industria nacional, no resolvían los problemas que teníamos, cuando ese mismo integrado de fabricación norteamericana podía solucionarnos más problemas pero lamentablemente no encontrábamos esa tecnología en las casas de electrónica de Mendoza".

"Sin contar que los costos se nos inflaban mucho ya que son componentes atados a precio dólar. Fue así que debimos agudizar nuestro ingenio para buscar una tecnología que nos sirviera a nosotros y también al usuario, pero con componentes y partes que hay en el mercado mendocino", apuntó Samsó.

Desde la visión del ingeniero la información generada se usará principalmente para dos aplicaciones; control del riego y ser una herramienta para los enólogos a la hora de incrementar la calidad productiva de las vides.

"Sabiendo la cantidad de agua que consume la vid podemos estimar cuánto y cuándo regar. De esta manera se le suministra el agua justa a la planta, logrando dos resultados: primero el cuidado del agua, que en nuestra provincia es de vital importancia. Y segundo, someter a la vid a distintos regímenes de riego para poder obtener una mejor calidad de uva", apuntó Samsó.
Según el ingeniero los datos obtenidos ayudarán a la investigación sobre el consumo de agua en diferentes variedades de vides en las mismas condiciones de suelo y clima, obteniendo así una clasificación en cuanto a qué vides son más apropiadas para climas más áridos y cuáles para más húmedos y así dar una mejor calidad de uva.

En su análisis, esto último le dará al interesado una herramienta para poder trabajar sobre distintas cualidades de la uva variando el riego, y así lograr la calidad de uva óptima para poder elaborar un vino de alta calidad.
"El objetivo de nuestro proyecto es brindar una herramienta que el usuario pueda desde un escritorio o desde el viñedo con una PC visualizar el consumo de agua total o por grupos de vid. Para luego trabajar con esos datos sobre el riego u otro proceso", apuntó Samsó.

La empresa propia

En cuanto a la faz comercial y de negocios del proyecto, los $30 mil obtenidos del premio ya tienen un destino cierto: lo usarán para desarrollar mayor tecnología y comprar los chips de los dispositivos que los emprendedores adquieren a precio dólar.

"Con este empuje económico que nos brinda haber obtenido el dinero del primer premio vamos a desarrollar equipamiento e infraestructura. Luego mediremos en escala el funcionamiento de los dispositivos en superficies de viñedos más amplios para luego mostrarlo a los bodegueros el rendimiento de los equipos. Nuestro objetivo es fabricar en cantidad dispositivos y equipamientos para colocarlos en grandes superficies cultivadas de vides", señaló González.
En cuanto a sus planes a largo plazo los emprendedores también ya han diseñado su desarrollo, "esta tecnología de medir la savia es utilizada puntualmente en algunas bodegas de Francia y Estados Unidos, por lo tanto no son de uso masivo".

"Es así que tenemos un gran horizonte de crecimiento ya que nuestros caudalímetros no sólo serán más económicos por ser en su mayor parte producidos con tecnología nacional, sino que también su precio será más conveniente para las bodegas regionales ya que les abarataría los traslados de equipos y los impuestos que sí deberían pagar si los caudalímetros fueran importados. Una vez lograda la escala de ventas en las bodegas de Mendoza y el país, apuntaremos a las bodegas en el exterior", apuntó González .

Fuente: Diario Los Andes
El tapón de corcho natural es el cierre preferido para el vino en EE.UU. tanto para las bodegas como para los consumidores, tal y como muestran dos estudios recientes.

Por un lado, el “2009 Closure Report”, elaborado por la publicación Wine Business Monthly, concluye que el corcho natural es el cierre con mejor calificación general para las 229 empresas encuestadas, seguido de los tapones de rosca, los tapones técnicos (elaborados con un conglomerado y unos discos de corcho) y los tapones sintéticos (de silicona, vidrio y otros materiales). Asimismo, los tapones de corcho natural son los mejor valorados en cuanto a la aceptación entre los consumidores, el uso durante el proceso de envasado y el desempeño del producto, aunque obtienen una peor calificación que los demás respecto al precio.

Por otro lado, el informe de la Texas Tech University, “Twisting Tradition: Consumers' Behavior Toward Alternative Closures”, recoge que el 71% de los consumidores estadounidenses prefiere el tapón de corcho natural en las botellas. Para ellos, el envase es un elemento muy relevante a la hora de elegir un vino y el tapón afecta a su percepción sobre su calidad. De este modo, los consumidores asocian los tapones de corcho con vinos de gran calidad y cierto proceso de envejecimiento y los tapones de rosca con caldos de precio y calidad inferior.

Fuente: winesfromspain.com
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