En España (Murcia) investigan nuevas variedades de vid que puedan dar vinos con menor contenido alcohólico, sin perder ninguno de sus atributos de calidad. La búsqueda trata de dar respuesta a las nuevas demandas del mercado y a prevenir los efectos del cambio climático que obligará a desplazar cultivos.

La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario investiga nuevas variedades de vid que puedan dar vinos con menor contenido alcohólico, sin perder ninguno de sus atributos de calidad, según se puso de manifiesto hoy en la XXIII Jornada de transferencia de resultados de la investigación en viticultura y enología, celebrada en el CIFEA de Jumilla, en la que intervinieron 3 investigadores de la Universidad de Murcia y 5 del IMIDA.

Según el director del IMIDA, Adrián Martínez, “la viticultura se enfrenta actualmente a una serie de retos cuya solución puede encontrarse en las nuevas variedades generadas a partir del programa de mejora genética de uva de vinificación”.

Uno de esos retos es la probable subida de temperaturas medias y extremas de muchas de las actuales zonas vitícolas, propiciadas por el cambio climático. “Esto puede provocar –señaló Martínez- que algunas de las variedades actualmente cultivadas en Murcia no puedan seguir cultivándose, al no encontrar las condiciones ideales que desde siglos han venido disfrutando y, en consecuencia, las zonas de cultivo tengan que desplazarse hacia áreas más frías”.

La búsqueda de nuevas variedades de vid que puedan dar vinos con menor contenido alcohólico, destacó Martínez, “trata de dar respuesta a la demanda de una parte importante de los consumidores y a la mala prensa del consumo de alcohol, como consecuencia de las campañas impulsadas por las nuevas leyes que afectan al tráfico rodado”.

También se investigan nuevas variedades con mayor resistencia a plagas y enfermedades, que eviten el uso masivo de fungicidas y plaguicidas y faciliten la práctica de métodos de cultivo más respetuosos con el medio ambiente, ya que, señaló Martínez, “no podemos olvidar el interés de los consumidores por disponer de productos con las máximas garantías de calidad y seguridad alimentaria”.

Precio por calidad
Finalmente el director del IMIDA señaló que la puesta a punto de métodos rápidos para determinar la calidad de las uvas ha venido preocupando a los investigadores desde hace tiempo. En este sentido apunto que “el precio de las uvas debe fijarse en función de su calidad y no tanto por los kilogrados (kilos por grados de azúcar) producidos. Hasta ahora se han ensayado varios métodos, pero todos ellos exigen un plazo muy dilatado para llevarlos a cabo, lo cual es incompatible con el tiempo que puede esperar un remolque en la bodega”. Martínez concluyó que este año el IMIDA estudia nuevos métodos cuyos resultados aún están por determinar.

Fuente: Infoagro.com, diariodelvino.com
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