
Hacía las delicias de Francisco II y era juzgado “excelente” por Enrique IV. La berligou, variedad de las se habrían ofrecido un vino por primera vez por Carlos el Temerario al duque de Bretaña en 1460, cayó en el olvido al final del Siglo XIX siglo, diezmado por las enfermedades.
Pero este vino rojo se rehace gracias a la curiosidad de un puñado de viticultores del viñedo nantés. “Algunas plantas aterrizaron en el Conservatoire des cépages anciens, au Pallet (Loire-Atlantique). Así pudimos establecer una parcela experimental”, explica Alain Poulard, responsable del Instituto Francés de la vid y el vino. Desde un poco más de un año, una decena de áreas de berligou se encuentran bajo rigurosa vigilancia.
“Se preve una comercialización de aquí a cuatro años”, dice Marcel Jussiaume, quién se ocupa de la parcela. “Tiene el potencial para hacer un muy bueno vino, muy con sabor a fruta", añade a Alain Poulard. "No es para hacer un producto de consumo corriente”, señala.
Los viticultores trabajan también para crear un nuevo vino, rosado y chispeante. Al mezclar la vid real con una vid blanca mutante, se obtiene “un excelente efervescente - comenta a Marcel Jussiaume - Eso podría crear nuevas salidas”.
Pero será necesario ser paciente. El nuevo vino no debería comercializarse antes de ocho años.
Fuente: diariodelvino.com
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