Sardón de Duero (Valladolid), 5 dic (EFE).- La bodega vallisoletana Abadía de Retuerta ha recuperado una receta francesa para elaborar sal con vino, un producto que nació por casualidad hace siglos.

La receta surgió "un poco por accidente" en el puerto francés de Liburne, principal salida hacia el Reino Unido de los famosos vinos de Burdeos, ha relatado hoy a EFE Álvaro Pérez, director de Ventas de esta bodega situada en Sardón de Duero (Valladolid).

Las barricas de madera en las que iban los vinos de Burdeos en el siglos XVI se agrietaban e incluso se rompían, lo que manchaba otros productos que transportaban en sus bodegas, como la sal.

La sal manchada de vino no valía para venderla y los marineros la regalaban a Valentine Corner, esposa del tabernero del puerto de Liburne.

La cocinera añadió especias a esta sal con vino, para dar un toque especial a sus platos, por el "color y aroma" de esta peculiar sal.

Ahora, siglos después, el asesor bordelés de la bodega vallisoletana, Pascal Delbeck, ha recuperado la receta de esta cocinera y ha creado "Los Rubíes de Valentine", unas sales con vino, ha explicado el responsable de Ventas.

"De esta forma ligamos vino y gastronomía", macerando vinos de Abadía de Retuerta con "flor de sal" procedente de la isla francesa de Ré, con la que se elaboran tres tipos de sales, ha comentado Álvaro Pérez.

Una de ellas se mezcla con un vino procedente cien por cien de uvas de la variedad syrah, Sal de Vino Pago de Garduña; otra con un caldo de la variedad tempranillo, Sal de Vino Pago de Negralada; y la tercera con cabernet sauvignon, Sal de Vino Pago Valdebellón.
Delbeck ha aportado "un toque de especias secreto" a la receta, adaptadas a cada variedad de sal con vino.

Estas sales se venden en botellas de 320 gramos y en frascos de 90, con un notable "éxito" en el mercado, ha indicado este responsable de la bodega situada una antigua abadía del siglo XII.
El conde Ansúrez, fundador de la ciudad de Valladolid, mandó construir en 1146 esta abadía junto al río Duero, que ocupó la orden premonstratense de San Norberto.

Tras varias reconstrucciones a lo largo de los siglos, la abadía quedó abandonada en 1835 a raíz de la desamortización de Mendizábal, aunque en 1931 fue declarada monumento.
La actual bodega es un proyecto iniciado en 1996 por el enólogo francés Pascal Delbeck, en una superficie unas 700 hectáreas, de ellas cerca de 210 de viñedo, la mayoría de la variedad tempranillo, la principal en la zona de la Ribera del Duero.

La bodega en sí ocupa cerca de 10.000 metros cuadrados de la antigua abadía y tiene capacidad para casi 5.000 barricas.

El próximo año está previsto inaugurar un hotel y un restaurante, que ocuparán, respectivamente, las estancias en las que dormían los monjes y el refectorio en el que comían.

Fuente: abc.es

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1 comentarios:

On 16 de diciembre de 2009, 9:09 , Mariaa Rosas dijo...

Para mi del vino de uva, el vino blanco es el más rico de los suaves, y el vino tinto de los fuertes.

Saludos,

María

 
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