Y es que el origen de la tradición de tomar doce uvas, una a una, al son de las campanadas de la medianoche de fin de año se remonta a 1909. Esta costumbre, que se cree da buena suerte a aquel que consigue tomarlas una a una, siguiendo correctamente el ritmo que marca el reloj, tiene, según relatan las crónicas de la época, un origen económico, ya que fue puesta en marcha por un grupo de viticultores alicantinos.
El año 1909 fue muy bueno para estos agricultores. Fue tal el excedente de uva que recogieron, que no sabían qué hacer con ella. Pero, con un mucho de imaginación, consiguieron dar salida a la producción sobrante inventando que consumirlas el día de Nochevieja garantizaba buena suerte.
Con el paso de los años, la metodología se ha adornado con rituales más o menos inventados, pasados de boca a oreja, con el fin de atraer más suerte. Y las uvas de toda la vida dan paso, poco a poco, a las famosas latas de uvas peladas, sin semillas y en almíbar.
Con el paso de los años, la metodología se ha adornado con rituales más o menos inventados, pasados de boca a oreja, con el fin de atraer más suerte. Y las uvas de toda la vida dan paso, poco a poco, a las famosas latas de uvas peladas, sin semillas y en almíbar.
Pd: Si no disponemos de uva, podemos brindar con vino o con pisco que tambien nos ha de garantizar salud y buena suerte para este nuevo año.
Feliz 2010
1 comentarios:
Que el 2010 sea un gran año para todos, y que cada una de las 12 uvas que tomemos esta noche sea un deseo cumplido en el 2009, y uno que cumplir en el 2010.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!